domingo, 14 de junio de 2009

Tema 2: Desarrollo morfosintáctico antes de los 3 años.

Moreno, Ana María (1997). El desarrollo morfosintáctico en niños con retraso de lenguaje: evaluación e intervención en el contexto escolar. Tesis Doctoral, Dpto. de Didáctica e Investigación Educativa y del Comportamiento, Universidad de La Laguna.

El desarrollo morfosintáctico en niños con retraso de lenguaje: evaluación e intervención en el contexto escolar
Capítulo 2: Lenguaje Infantil y Morfosintaxis

Existe una gran diversidad de modelos teóricos en el ámbito de la morfosintaxis que se superponen, enriqueciendo paulatinamente el conocimiento de su origen y evolución si es que se integra adecuadamente la información proveniente de las teorías existentes respecto a este tema y se evita llegar sólo a contradicciones. Esto es de gran ayuda dado que desde la perspectiva de la psicolingüística, no existen teorías que se interesen explícitamente por la adquisición y desarrollo de la morfosintaxis en los niños, sino que tan sólo se hace referencia a ella desde distintos paradigmas acerca de la naturaleza del lenguaje infantil.
De esta forma, si se toman las distintas perspectivas descritas y estudiadas por autores que se han interesado por conocer las funciones comunicativas que preceden y contribuyen a la génesis de la gramática, puede considerarse al conocimiento morfosintáctico de una lengua como el resultado de una construcción gradual y creativa del niño, que tiene un origen genético que le permite relacionarse con las personas y objetos que se encuentran en su entorno. Sin embargo, este desarrollo irá variando en ritmo, dirección y curso, por el efecto que tiene sobre él el sistema de reglas en el que se ve inmerso, además de los acontecimientos propios de su entorno más cercano. Estos múltiples factores mencionados afectarán la capacidad productiva del niño y su posibilidad de expresar sus intenciones comunicativas con los recursos formales de su lengua, ya que el niño tiene una especial “sensibilidad” hacia la imitación que está unida a la cantidad de estímulos y episodios verbales a los que se ve expuesto desde su nacimiento. Pero esta capacidad del niño no es lo que facilita la adquisición de la totalidad de los componentes gramaticales, hay que destacar la importancia que tienen las reformulaciones hechas por los adultos para corregir las emisiones infantiles, que provocan importantes modificaciones en el desarrollo gramatical del niño, el que a partir de los dos años, presenta una conducta lingüística caracterizada por una gran motivación y atención hacia las contribuciones adultas, puesta de manifiesto con la curiosidad, favoreciendo de manera importante el desarrollo morfosintáctico.
No existen teorías específicas que ilustren la secuencia evolutiva del desarrollo morfosintáctico con la totalidad de elementos que la componen, ni tampoco un consenso para acceder y progresar a los niños en su desarrollo gramatical, pero sí existe cierta consistencia y regularidad en la cronología en la que nacen la mayor parte de las adquisiciones relacionadas con este ámbito. Estos patrones lingüísticos característicos de cada etapa por la que suelen pasar los niños en su progreso hacia el conocimiento, resultan útiles para tener una referencia entre niños con desarrollo típico del lenguaje y aquellos que presentan algún grado de desajuste o trastorno de lenguaje.
Una descripción existente sobre la evolución del desarrollo morfosintáctico en niños fue realizada por Río y Villaseca en 1988, en la cual se definen los hitos lingüísticos más relevantes en el progreso de la morfosintaxis, evolución que tiene como fin el conocimiento y uso del sistema gramatical adulto. Otros autores, como Webster y McConnel (1993) proporcionaron también patrones normativos en cuanto a la adquisición y el desarrollo morfosintáctico.
Con la información recopilada de ambas descripciones sobre el desarrollo morfosintáctico se logró constituir la secuencia de las siguientes etapas (las que serán descritas profundamente hasta los 3 años, en función de este trabajo, las otras serán descritas brevemente), las cuales son referidas esencialmente a las lenguas inglesa y francesa pero que generalizan la adquisición y el desarrollo morfosintáctico de los niños. La descripción también ha sido realizada específicamente para la lengua española, en la cual se detalla el desarrollo de ámbitos morfosintácticos propios y exclusivos de ella.

Primer desarrollo sintáctico:

18-24 meses:
General: Aparecen las producciones sintácticas de dos elementos, como resultado de un período anterior caracterizado por la emisión de secuencias de una palabra unidas por una pausa, como por ejemplo: “papá // pelota”). En estas combinaciones se puede observar el uso de algunas flexiones, como son las terminaciones del gerundio y el plural en -s. De la misma manera, se generan primitivas construcciones negativas e interrogativas. En la construcción de las negativas se ubica la partícula “no” al principio o al final del enunciado (por ejemplo: “omí no”, “no eche”), mientras que las interrogativas se construyen con las partículas qué y dónde (ejemplos: “¿qué eso?”, “¿ónde niña?”).
Para el español: En las combinaciones de dos elementos son incluidos algunos artículos determinados e indeterminados en su forma singular, el pronombre interrogativo qué, y las formas no personales imperativa e infinitiva de los verbos (ejemplos: «toma esto», «nene comer»). La presencia de algunos adverbios de lugar también es observada, sobre todo el adverbio allí. En el final de este período los niños ya empiezan a unir tres elementos, entre los cuales están presentes las preposiciones en, a como palabras de enlace.

24-30 meses:
General: Este período se caracteriza por la aparición de secuencias de tres elementos, en las cuales son excluidas palabras funcionales como artículos y preposiciones, de tal forma que los enunciados contienen la estructura principal de sustantivo-verbo-sustantivo, como en “nene come pan”. Al final de este período empiezan a aparecer algunos artículos indeterminados y flexiones de género (masculino – femenino).
Para el español: Las creaciones morfosintácticas de los niños suelen contener la serie completa de artículos, adjetivos, pronombres personales y demostrativos ­con un uso eminentemente deíctico­ y los posesivos mío y tuyo; apareciendo también algunos pronombres interrogativos, como dónde y cuándo. Se amplían también la cantidad de adverbios y preposiciones; en los adverbios se emplean algunos de tiempo, cantidad y modo, y a las preposiciones se añaden de, para, con y por. En los artículos aparecen las marcas del plural y en los adjetivos las de género. A los 26 meses, las formas verbales más usadas son presente en su forma indicativa, pretérito perfecto simple y las perífrasis progresiva “estar+gerundio” y alrededor de los 29 meses se utilizan las construcciones del presente y pretérito del modo subjuntivo. En cuanto a los tipos de oraciones, en general se considera que en esta etapa culmina el aprendizaje de la oración simple, en las cuales el orden más frecuente es sujeto-verbo-objeto, o también verbo-sujeto-objeto.

Expansión gramatical:

30-36 meses:
General: Los enunciados ya poseen cuatro elementos en la cadena sintáctica. Este incremento en número, sucede gracias a la incorporación de los artículos determinados y algunas preposiciones, dando lugar a expresiones como «papá va a casa», «el coche está aquí». También aparecen nuevas categorías lingüísticas, como los pronombres de primera, segunda y tercera persona y los adverbios de lugar aquí, allí. Los marcadores de género y número se utilizan de forma reiterada, junto a las formas auxiliares con ser y estar. La producción de las primeras conexiones oracionales, mediante el nexo y, como en “mamá no está y papá no está” marcan el fin de esta etapa.
Para el español: la longitud de las oraciones simples se incrementa notablemente, se extiende el repertorio de pronombres para construir oraciones interrogativas. Entre los pronombres ya se utiliza el de tercera persona. Alrededor de los 34 meses, ya aparecen algunas cláusulas adjetivas y sustantivas enlazadas por la partícula subordinante que. También a esta edad se observa la adquisición de nuevos tiempos verbales, como el pretérito imperfecto.

En cuanto a la descripción de las producciones morfosintácticas en niños mayores de 3 años, se menciona en forma general, tomando como referencia niños de habla inglesa y francesa, que se va dando un desarrollo paulatino y progresivo de las estructuras lingüísticas implicadas, por ejemplo, se producen oraciones complejas unidas por las conjunciones y, pero, porque e incluso que, por; se manifiesta un dominio o consolidación de las estructuras iniciadas en los estadios anteriores (por ejemplo, para la negación y la interrogación), la morfología verbal madura, apareciendo la utilización de los auxiliares casi en forma correcta, perífrasis de futuro y los tiempos pretéritos; aumenta la variedad de las distintas categorías o unidades morfológicas (adjetivos, pronombres, adverbios y preposiciones), lo que genera un crecimiento y variedad de complementos en las oraciones simples; y en las complejas, la posibilidad de ampliar el abanico de estructuras oracionales. Ya cercano a los 6 años, se refleja en el niño un dominio paulatino de las estructuras sintácticas más complejas, como oraciones pasivas, condicionales, circunstanciales de tiempo, etc., las cuales debiesen estar completamente desarrolladas en el lenguaje del niño alrededor de los siete años.
En niños de lengua española específicamente, puede destacarse el uso correcto de los plurales en los pronombres personales entre los 36 y 42 meses, pero para etapas posteriores no se ha investigado ni descrito algo sobre la adquisición y el desarrollo morfosintáctico propio del español.

Conclusión y Comentario

La existencia de incontables teorías respecto al desarrollo lingüístico de los niños es un soporte fundamental para abordar a niños con trastornos de lenguaje, pues gracias a estos modelos construidos por distintos investigadores, puede diferenciarse un niño con desarrollo típico del lenguaje y uno con éste alterado. En el ámbito de la morfosintaxis, la carencia de modelos teóricos que expliquen a cabalidad y con especificidad la evolución de este ámbito lingüístico en niños, por lo que múltiples teorías han tenido que ser superpuestas para lograr una descripción amplia de las distintas etapas del desarrollo morfosintáctico, una falencia que debiese ser suplida mediante futuras investigaciones que se enfoquen y tengan como prioridad describir y evaluar la morfosintaxis de los menores.
Antes de los 3 años, los niños más bien tienen construcciones morfosintácticas de corta extensión, presentando también desarrollo de adverbios, pronombres y otras estructuras, pero en escasa cantidad, lo que cambia radicalmente en el período de expansión gramatical, sobre todo después de los 3 años.


sábado, 13 de junio de 2009

Tema: Pautas y protocolos de observación y evaluación morfosintáctica

Test exploratorio de Gramática Española de A. Toronto

Este test fue modificado para su uso en Chile por María Mercedes Pavez, lingüista de la Universidad de Chile. Para ello fue necesario realizar modificaciones en algunas formas gramaticales y en vocabulario, sustituyendo algunas expresiones del test por otras de uso frecuente en Chile.
El Test Exploratorio de Gramática Española de A. Toronto está diseñado para la evaluación morfosintáctica de niños de 3años a 6 años 11 meses, consta de dos sub-pruebas, la primera para evaluar la recepción y la segunda para la evaluación de expresión.
Cada una de estas pruebas consta de 23 pares de oraciones, con las que se evaluarán 23 elementos sintácticos. Los pares de oraciones solo varían en el elemento sintáctico a evaluar por ejemplo: El niño está sentado v/s El niño no está sentado
En este caso la estructura que se pretende evaluar es la forma negativa.

Subprueba receptiva:
Reconocimiento de láminas, cada una de ellas posee 4 dibujos, 2 de estos son distractores

Subprueba expresiva:
Repetición de oraciones previamente presentadas en forma oral por el evaluador, con referencia a una lámina, la cual posee dos dibujos sin ningún distractor

Los ítems se ordenan por grado de dificultad creciente.

Los elementos sintácticos a evaluar son los siguientes:
Oración afirmativa/oración negativa; Locución preposicional de lugar; Pronombre personal 3ª persona singular: Femenino/masculino: Como sujeto, en sintagma, como objeto directo; 3ª persona del verbo: Singular/plural; Tiempo verbal: Pretérito perfecto simple/presente simple; Tiempo verbal: Pretérito imperfecto perifrástico/ Presente simple perifrástico; Tiempo verbal: Pretérito imperfecto simple/ Presente simple; Tiempo verbal: Futuro imperfecto simple/ pretérito perfecto simple; Tiempo verbal: Futuro perifrástico/ Pretérito perifrástico; Pronombre indefinido, sujeto: Alguien/ algo; Pronombre demostrativo, sujeto: Este/ aquel, Este/ ese; Interrogativos: Adverbio/ pronombre; Pronombre personal 3ª persona: Singular/ plural objeto directo; Adjetivo posesivo; Pronombre personal 3ª persona: Reflejo/ no reflejo; Pronombre relativo quien/ que; Pronombre personal no reflejo, indirecto: 3ª persona/1ª persona Pronombre interrogativo: quien/ que; Verbos copulativo: Ser/ estar; Voz pasiva.
El material usado para este test son: Hoja para registrar las respuestas, grabadora de voz (es conveniente grabar la parte expresiva), estímulos no verbales (48 láminas con dibujos, 2 láminas de demostración (A) para recepción y (B) para expresión, 23 láminas para sub-prueba receptiva, cada una con 4 dibujos, 23 láminas para sub-prueba expresiva, cada una con 2 dibujos).
La prueba debe ser aplicada de manera individual. El examinador debe decir las oraciones de forma clara y con una velocidad menor a la del habla normal, evitando dar énfasis a la estructura a evaluar.
La oración puede ser repetida un máximo de tres veces, en caso de que el niño no haya entendido o no haya respondido.
Las sub-pruebas deben ser aplicadas el mismo día y por el mismo examinador. Por lo breve del examen es preciso administrarlo por completo. Sin embargo si el niño falla constantemente en la primera mitad de las sub-pruebas se puede suspender el resto de la prueba.
Si el niño presenta fatiga durante la aplicación de una de las sub-pruebas, esta puede suspenderse por 5 minutos, transcurridos los cuales se continúa con la evaluación.

Sub-prueba receptiva:
La prueba debe comenzar con la lámina de demostración A, con la que se le explica al niño la actividad a realizar.
“Te voy a hablar de estos dibujos; tu espera a que termine de hablar - se le muestra la primera pagina sin indicar los dibujos - “La niña está comiendo”, “El niño está comiendo”. Ahora muéstrame “El niño está comiendo” – el niño señala – y ahora “La niña está comiendo” - el niño señala.”
Una vez que se ha ejecutado la demostración y confirmado que el niño(a) ha entendido las instrucciones, se procede a comenzar la prueba.
El examinador dice las dos oraciones correspondientes al primer ítem (sin señalar los dibujos), luego repite la oración con un asterisco (*) y le pide al niño que indique el dibujo correspondiente. Esta forma se utiliza para todos los ítems de la prueba receptiva.

Sub-prueba expresiva:
La prueba debe comenzar con la lámina de demostración (B), con la que se le explica al niño la actividad a realizar.
“Aquí hay otros dibujos de los que te voy a hablar. Cuando yo termine, quiero que tú repitas lo que te dije. Espera que yo termine”. Se le muestra la lámina de demostración (B) diciendo las oraciones “El niños está tomando leche” y “La niña está tomando leche” – sin identificar los dibujos – luego señalando la oración que representa la oración con asterisco (*) le pregunta al niño - “¿Cuál es este?” el niño deberá reproducir la oración correspondiente. Finalmente le pregunta por la otra imagen.
Después de la demostración y de confirmar que el niño(a) ha entendido las instrucciones, se procede a comenzar la prueba, la que se realiza de la misma manera.
Las respuestas deben escribirse de la manera más fielmente posible en la hoja de respuestas frente al ítem correspondiente. Se recomienda además grabar las respuestas con algún equipo de grabación de voz para facilitar la corrección.

Si el niño no entiende las instrucciones, debe dársele otra:
“Aquí tenemos dos dibujos, cada uno tiene un nombre, uno se llama “El niño está tomando leche” y el otro “La niña está tomando leche”. ¿Cómo se llama este?- indicando el dibujo correspondiente a la oración con asterisco (*)”


CRITERIOS DE EVALUACIÓN
Se evalúa con dos puntos cada ítem, uno por cada respuesta correcta. Si el niño responde correctamente ambas oraciones obtiene 2 puntos, si sólo responde una correcta obtiene sólo 1 punto y si no responde ninguna correcta, 0 puntos. El puntaje máximo de cada subprueba es de 46 puntos.
En la parte receptiva del examen, si el niño indica el dibujo equivocado se considera como un error. Y, si esto persiste el evaluador tendrá que repetir las instrucciones iniciales para estar seguro que las comprende.
En la parte expresiva, si el niño al repetir la oración se equivoca en cualquier elemento gramatical (en relación a la oración modelo) o si cambia la estructura examinada en ella se considerará un error. En el caso de que el niño modifique la oración, pero sin alterar el significado o la gramaticalidad de está será considerado correcto.
Para la facilidad del evaluador en el test se muestran ejemplos de respuestas que se aceptan y que no se aceptan para cada ítem.

Ejemplo:
Oración modelo: La puerta no está cerrada.
Se acepta que el niño diga “No está cerrada”, pero no se acepta que el niño diga “la puerta está abierta”.
Acá se pretende evaluar los negativos y al decir que “la puerta está abierta” el niño no expresa el negativo.
Oración modelo: El perro está encima del auto.
Se acepta que el niño diga “Está encima de esto” o “El perro está arriba de auto”, pero no se acepta que el niño diga: “El perro está encima”.
Su respuesta es incorrecta por que alteró la estructura examinada (convirtiéndola en un adverbio de lugar).

Los valores de los rendimientos se presentan en tablas de percentiles, con el objeto de facilitar la ubicación del niño en un determinado rango (estos rangos están establecidos en el test).
Se clasifican con un desarrollo gramatical normal si sus puntajes están sobre el percentil 25. Si su puntaje se encuentra entre el percentil 10 y 25 se podrían clasificar como normales bajos o lentos en el desarrollo gramatical y no necesitarían de una terapia inmediata a menos que otras indicaciones lo justificaran. Si los puntajes obtenidos son menores al percentil 10 probablemente el niño requiera de terapia. Aún así es recomendable hacer otras evaluaciones más finas para corroborar esta evaluación.
Es importante tener presente que las tablas no pueden ser aplicadas en forma rígida (es una clasificación arbitraria), ya que estas dependen en gran parte del criterio del evaluador y de las características del niño a evaluar.
Niños que tienen puntuaciones muy bajas en ambas partes del examen a lo mejor están retrasados en todo desarrollo gramatical. Puntuaciones así ocurren frecuentemente en niños que sufren de retraso mental o en los que tardan en aprender cualquier cosa.


CONCLUSIONES
El Test Exploratorio de Gramática Española de A. Toronto, y su aplicación en Chile es muy útil al medir el ejercicio gramatical básico en niños entre 3 y 6 años 11 meses.
Este test consta de una subprueba receptiva, una expresiva, un manual y un set de láminas.
Su aplicación es sencilla y sus resultados pueden ser cotejados con normas para ubicar a un niño según sus rendimientos.
Esta prueba permite detectar en un primer momento y con rapidez a los niños con alteraciones en la sintaxis del español.
Al evaluar es importante tener presente que las tablas del test no pueden ser aplicadas en forma rígida (es una clasificación arbitraria). Por esto es muy importante realizar también un análisis cualitativo de las respuestas del niño.